Ante el avance de la pandemia, y con el compromiso de no volver a cerrar las oficinas ni el sector educativo, a Boris Johnson sólo le queda, como último resorte, cerrar el grifo del alcohol para intentar contener la segunda oleada del coronavirus.
La hostelería será, por tanto, la gran sacrificada por el Gobierno conservador durante este último periodo del año en el que, además, se retirarán gran parte de las ayudas estatales para los trabajadores que se encuentren en ERTE, aunque parece que se negociarán con el sector nuevas ayudas para las zonas más afectadas.
Las tres fases en Inglaterra
La primera fase, es decir, el nivel de alerta medio, es donde se sitúa la mayor parte del país y estará reservada para las zonas que consigan no superar los 100 casos por cada 100.000 habitantes. Allí se mantendrán las medidas que ya estaban implementadas a nivel nacional, como son por ejemplo la prohibición de reuniones de más de seis personas, tanto en interior como en exterior, o el cierre de pubs y restaurantes a las 10 de la noche. Aquí se situará, en principio, Londres, aunque no se descarta que pase de forma inminente al siguiente escalón.
En la segunda fase, con un nivel de alerta alto y entre 100 y 500 casos por cada 100.000 habitantes, estará prohibido juntarse en interiores con gente que no forme parte de las burbujas de seguridad, un criterio un tanto etéreo que se refiere básicamente a personas con las que no se suela socializar habitualmente. Aquí, seguramente, se ubiquen algunas zonas del noreste del país, núcleos de población que hace apenas un par de semanas sufrieron un confinamiento local y que están consiguiendo contener ligeramente el avance de la pandemia.
En el último nivel, el más preocupante y en el que podrían situarse desde esta semana zonas del noroeste de Inglaterra como Liverpool, se prohibiría el contacto social con cualquier persona con la que no se conviva, independientemente de si se hace jardines privados o en espacios cerrados, e incluso podría prohibirse también el hecho de dormir fuera de la residencia habitual. En estos lugares, además, está previsto que se cierren los gimnasios, los casinos y los locales basados en la venta de alcohol, como por ejemplo los pubs -aunque no si demuestran que también pueden reconvertirse en restaurantes-, y se prohibirá pernoctar a cualquier visitante que llegue desde otras áreas del país. Sus residentes, a pesar de no tener restringida la movilidad, deberán volver antes de que acabe la jornada.