La compañía adquirida por Blackstone pone en marcha acciones legales contra GVC Holdings, que contraataca con otro procedimiento.
Enfrentamiento en la cúpula de Sportium. La mayor casa de apuestas de España vive en estos días una pugna entre sus dos accionistas, Cirsa y Ladbrokes, para hacerse con el control total de la compañía. Cada una con el 50% del capital, ambas firmas recurrieron a un tribunal de arbitraje al entender que tienen derecho a adquirir el porcentaje del otro.
El conflicto se inició el pasado 11 de julio cuando Cirsa, propiedad de Blackstone, puso un recurso ante la Corte de Arbitraje del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid denunciando que los términos de la joint venture que comparte con Ladbrokes habían cambiado. La razón: el cambio de propietarios de su compañero en el accionariado.
A comienzos de 2018, el gigante del sector del juego GVC Holdings adquirió Ladbrokes por alrededor de 4.500 millones de euros. La empresa española dirigida por Joaquim Agut entendió que el cambio de control modificaba los acuerdos firmados y, teniendo en cuenta que el nuevo dueño era un competidor directo, recurrió al tribunal para que se le reconociera el derecho de compra del 50% que no poseía de Sportium a un precio «justo».
La firma radicada en la Isla de Man y que explota marcas como Bwin y Partypoker no se quedó de brazos cruzados. El 10 de septiembre interpuso otra demanda ante el mismo tribunal alegando que Cirsa también había cambiado de manos, pues Blackstone la compró al empresario español Manuel Lao en abril.
GVC Holdings contraatacó con los mismos argumentos y también exigió a la corte que se aplicase su derecho de compra preferente por un precio determinado por el tribunal.
Todavía en fase inicial, Cirsa presentó su petición el pasado 29 de marzo. Queda ahora que su socio entregue su escrito de defensa y la contrademanda, para lo que tiene tiempo hasta el próximo 3 de junio.
Mientras, fuentes cercanas a la compañía destacan que el funcionamiento de la casa de apuestas no se resintió del enfrentamiento. De hecho, el informe anual de Cirsa revela que Sportium logró un Ebitda positivo de 9 millones de euros en 2018 frente a los 7 millones de euros del año anterior. La facturación, eso sí, no fue desvelada.
Además, recurrir a un tribunal de arbitraje indica que la relación no llega a ser tan tensa como en otros enfrentamientos similares, donde casos idénticos se encuentran en la justicia ordinaria.
El caso Cedinsa
El enfrentamiento recuerda, aunque sin sangre, al que se vive en la concesionaria de carreteras Cedinsa. En enero de 2018, Copcisa (22%) anunció su intención de ejecutar la opción de compra preferencial del paquete de Comsa (22%) . No obstante, Comsa tenía un preacuerdo para vender la participación al fondo de inversión Mirova, por lo que boicoteó los trámites de su socio hasta que alegó que el derecho había caducado.
En paralelo, FCC (34%) trata de ejecutar el derecho de compra preferente sobre el paquete de Copisa (22%) debido a que ésta vendió su negocio de concesiones también a Mirova. El conglomerado entiende que tiene derecho a ejecutar su derecho preferente de compra, algo que no considera la firma catalana, pues el dueño de las acciones de Cedinsa continúa siendo Copisa Concesiones.
Sin embargo, FCC entiende que a pesar de no cambiar el accionista directo, sí lo hará el dueño final del porcentaje. Según su forma de entender los estatutos, la empresa catalana no tendría derecho a realizar este movimiento sin el visto bueno del resto de socios.