Las primeras máquinas tragaperras fueron un auténtico éxito en todo el mundo y reportaron beneficios innumerables a sus propietarios.
No está de más que, antes de profundizar en la materia que aquí nos ocupa, contemos cuál fue el origen de los casinos. En concreto, esas casas de juego hicieron su aparición en la Italia del Siglo XVII y, en concreto, en la ciudad de Venecia. Corría el año 1638 cuando abrió el primer local de este tipo. No fue hasta bien entrado el siglo XIX cuando se expandieron al resto de Europa.
Durante ese siglo, los casinos dieron el salto también a los Estados Unidos. De hecho, se dice que los juegos de azar entraron en su territorio con los primeros colonos franceses que desembarcaron en él. En cualquier caso, los más populares eran la ruleta y el ‘vingt-et-un’, el antecesor del blackjack. Por su parte, el siglo XX fue el momento de la mecanización de los juegos de azar y, con ella, del auge definitivo de los casinos físicos.
Las primeras máquinas tragaperras fueron un auténtico éxito en todo el mundo y reportaron beneficios innumerables a sus propietarios. Poco a poco fueron evolucionando hasta convertirse en las slots que conocemos hoy. Sin embargo, a principios del siglo XXI se produjo la gran revolución en lo que respecta al sector del juego. Hablamos, cómo no, del lanzamiento del primer casino online. Internet abrió un mundo nuevo de posibilidades que, si bien es cierto que afectaron negativamente a los locales físicos, permitió expandir los horizontes del sector a nivel mundial.
Con la década de 2010 llegaron las primeras legislaciones y regulaciones de juego tanto a nivel nacional como internacional. Algo que, lejos de reducir las cifras de ganancias, aportó seguridad a los jugadores, quienes se encontraron ante un canal perfecto para disfrutar de su pasatiempo preferido en cualquier parte y de manera muy discreta.
Según un reciente informe, en el año 2020 la industria de los juegos de azar creció un 5,9 %. Esto equivale a 565 mil millones de dólares a nivel mundial. No hay duda de que el sector está viviendo una edad dorada. Pero, ¿puede durar realmente?
Vivimos un momento de máxima volatilidad. Es cierto que los casinos físicos han conseguido ocupar un espacio como lugar de ocio ocasional entre los jugadores. Su función es la de ofrecer una experiencia única y marcada por los estímulos sonoros y visuales. Cualquier casino de Las Vegas puede servirnos de ejemplo.
Sin embargo, donde realmente se mueve el dinero es en Internet. De hecho, la mayoría de los jugadores que apuestan en casinos online nunca han pisado uno físico. Probablemente, ni siquiera tienen la intención de hacerlo. Algo especialmente habitual entre el público más joven. Este es el que exige constantemente nuevas innovaciones y una capacidad de adaptación capaz de superar las capacidades de casi cualquier negocio a nivel mundial.
Por ello, aquí queremos hacer un resumen con los principales desafíos a los que se enfrenta la industria para mantener su crecimiento en los próximos años:
Si tuviésemos que apostar por una industria de cara al futuro, esa sería sin duda la de los juegos de azar. Su trayectoria ha demostrado una capacidad de adaptación exacerbada. Por ello, no nos cabe duda de que será capaz de afrontar los desafíos que hemos citado anteriormente y de superarlos con éxito para seguir satisfaciendo las necesidades y gustos de los jugadores. Por tanto, solo podemos decir que su porvenir es francamente positivo en términos económicos.