Con mal tiempo en las terrazas, la facturación hostelera agrava su caída entre el 20 y el 50%
David, dueño de un restaurante en San Sebastián (Guipúzcoa), ha logrado mantener su negocio a flote este verano gracias a su terraza. Este último fin de semana, en el que el frío limitó el consumo fuera, su facturación cayó alrededor del 30%. «Aquí cuando hace malo, lo hace de verdad, y dentro del local trabajas algo, pero fuera facturas cero. Normalmente cuentas con el remantente de lo que has ganado en verano para afrontar estos meses de invierno, pero eso ahora no existe para casi ningún hostelero. Vamos a ganar si perdemos poco», explica el empresario.
La hostelería se prepara para un otoño-invierno muy incierto, con las terrazas limitadas y con más restricciones por culpa de la pandemia, en el que la caída de la facturación rondará entre el 20% y el 50% para casi nueve de cada 10 establecimientos y que podría acabar con el cierre de uno de cada tres locales en diciembre.
Éstas son las previsiones que hace Hostelería de España, la patronal que agrupa a 320.000 establecimientos en este país. Este sector es uno de los más afectados por la pandemia. Durante los meses de verano la actividad se ha ido recuperando gracias a las terrazas, aunque no llega ni de lejos a los niveles del año anterior.
A esta actividad ya tocada se sumará el bajón que traerá el frío. La asociación hizo una encuesta hace dos fines de semana, cuando se esperaba mal tiempo y lluvias en casi toda España, para esbozar cómo será el panorama en los próximos meses, cuando el tiempo empeore y la actividad en las terrazas, que es lo que ahora mantiene la mayoría de los negocios, decaiga. «Queríamos valorar el nivel de transferencia de clientes que habrá desde fuera al interior de los locales. Los resultados confirman lo que esperábamos: que los clientes son reacios a consumir dentro, a pesar de que se cumplen las distancias y todas las medidas de higiene», señala Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España.
Según los datos de la asociación facilitados a EL MUNDO, el 67% de los hosteleros encuestados aseguró que la situación ese primer fin de semana frío les afectó, con una caída de la afluencia de clientes del 50% de media. Sólo el 22% de los locales logró atraer más clientes al interior, pero a la vez su actividad descendió en el exterior, por lo que «este trasvase no les compensó las pérdidas de las terrazas», señala Gallego.
La mayoría de los locales (casi ocho de cada 10) sufrió cancelaciones de clientes que habían reservado para comer o cenar. Como consecuencia de todo esto el 92% (es decir, casi la totalidad de la hostelería) sufrió pérdidas en la facturación del 20% como mínimo. Para el 55% de ellos el descenso llegó al 55% y un 42% dice haber perdido entre el 20% y el 50% de sus ingresos.
El consumo en el exterior está salvando de la quiebra a muchos negocios. Antonio de María Ceballos, presidente de los hosteleros de Cádiz, por ejemplo, destaca que este verano a los empresarios de la zona «les ha ido bastante bien e incluso algunos han facturado algo más» gracias a que en la ciudad «casi todo son terrazas en espacios abiertos y sin cubrir, no hay mamparas y casi siempre hace buen tiempo».