Buena parte de la población mundial utiliza a diario su conexión a internet para realizar diversas tareas de su día a día. España no es la excepción a la regla, marcando la red de redes la pauta de la mayoría de los habitantes en la nación de la Península Ibérica.
La seguridad debe ser una parcela conseguida cuando se habla de cualquier actividad cotidiana. Internet tiene muchas ventajas, prácticamente infinitas, pero también tiene algunos aspectos mejorables, como es alcanzar la plenitud en cuanto al salvaguardo de todos los derechos de los usuarios se refiere.
En especial se debe poner incidencia en alcanzar esa seguridad plena en actividades que congreguen a grandes masas sociales, o que bien por su naturaleza deban llevar a cabo una correcta implantación de numerosas medidas en este sentido, para garantizar la viabilidad de todo lo que los oferentes lanzan al mercado.
En este grupo, sin duda, se deben incluir a los casinos online. Unas plataformas que han experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, y que han implantado herramientas de seguridad complejas para poder haber llegado al objetivo marcado.
Siempre es conveniente tener en mente el organismo regulador que debe fijar sus actuaciones para que la actividad controlada se encuentre dentro de la legislación vigente en todas sus aristas. Poniendo el foco en el sector del juego en España, esa institución es la Dirección General de Ordenación del Juego. La DGOJ desempeña funciones de regulación, control, dirección y coordinación, mediante directrices, elaboración de normas y protocolos técnicos entre otras muchas funciones.
Su tutela se ha notado y mucho en la buena marcha del sector. Ha convertido la seguridad en uno de los ejes de actuación de todos los oferentes, consiguiendo establecer entornos seguros de juego legal y protegido para que miles de usuarios puedan realizar esta actividad diariamente.
Son muchos los sistemas sofisticados y avanzados que ha utilizado el sector del juego para que sus productos sean plenamente seguros. Tal es el punto, que otros sectores tanto público como privados se han nutrido de esas nuevas tecnologías para implantarlas en sus sistemas. Software como NORA (Non Obvious Relationship Awareness) tiene como función última identificar a estafadores, por ello es lógico pensar que, si ha dado un excelso resultado en las plataformas de juego interactivo, también lo haga en entidades bancarias o en organismos institucionales que deban salvaguardar los datos confidenciales de millones de personas.