El plan sucumbe al impacto de la crisis económica en Hard Rock y la presión de plataformas ecologistas
A escasos kilómetros del mar, situado entre los municipios tarraconenses de Salou, La Pineda y Vila-Seca, PortAventura se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Cataluña en sus 25 años de historia, que alcanza este 2020.
Los agentes turísticos de la provincia de Tarragona confían en que su oferta se complemente con la puesta en marcha del proyecto de ocio y juego BCN World, desde hace años, tantos como ocho, cuando en 2012 el entonces presidente de la Generalitat Artur Mas lo presentó en sociedad. Se trata de un complejo de ocio que prometía culminar la creación de una propuesta turística y de ocio difícil de encontrar en otra parte de Europa y del mundo.
Pero una inmensidad de trabas políticas, urbanísticas y administrativas lo han impedido. Y cuando parecía que 2020 sería la fecha definitiva, el Covid-19 y una denuncia de la plataforma Aturem BCN World podrían impedirlo.
El Centro Recreativo y Turístico (CRT) -como se denomina actualmente- es un proyecto para la construcción de hoteles, auditorios, un centro acuático, una zona comercial con grandes arcas y un gran casino de hasta 10.000 metros cuadrados y más de 100 mesas de juego.
El desarrollo actual -el remanente de una propuesta inicial para construir un Eurovegas en Europa- de tan faraónico como dificultoso proyecto está paralizado. Uno de sus promotores, la cadena Hard Rock, da el silencio por respuesta, y el Covid-19 es la puntilla de un plan urbanístico herido de muerte.
La inestabilidad política, los cambios en el Govern y el volumen de las inversiones han provocado que no se haya plantado en el suelo ni la primera piedra del proyecto, algo previsto para 2013. Actualmente, se encuentra estancada en la enésima prórroga la opción de compra –que caduca en octubre- de los terrenos por parte del Govern a través del Incasòl a La Caixa por 120 millones de euros, para después vendérselos a Hard Rock, la compañía que explotará las obras y tendrá licencia de juego. En esta ocasión, por culpa del Covid-19. Asimismo, organizaciones ecologistas como el Gepec o la plataforma Aturem BCNWorld han dificultado todavía más el proceso.
Desde la plataforma Aturem BCNWorld, Joan Pons explica que el “Govern y Hard Rock están en una situación incierta. Es posible que o bien la Caixa o bien Hard Rock no estén dispuestos a aceptar según qué condiciones”, apunta. “Además, está al caer una sentencia que podría echar al traste todo el proyecto a raíz de una denuncia interpuesta por nosotros contra el Plan Director Urbanístico. Si nos es favorable se tendrá que poner el contador a cero y haría falta que el Govern tramitara otro plan y volviera a presentar un concurso público para las licencias de juego. Estaríamos hablando de mínimo ocho años más”, añade.
La plataforma está en contra por varios motivos. “Primero por el modelo turístico. BCN World permitiría al turista desarrollar toda su actividad sin moverse. No es el modelo de la Costa Dorada. Por otro lado, están los temas medioambientales, porque consideramos que la zona ya está muy explotada y si encima sumamos esto… “, explica Pons.
Y hay que tener en cuenta otros problemas como la delincuencia. “Hay empresas que se han mostrado interesadas en operar en BCN World, como Melco, vetada en algunos estados de Estados Unidos por vinculación demostrada con la mafia y varios crímenes… y aquí les abrimos la puerta”, recuerda.
Contrariamente, Xavier Guardià, portavoz de la Federación de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT) cree que “sería un buen negocio. Cualquier inversión es importante, pero con esta envergadura, con miles de empleos, recursos, inversiones, etc., la atracción turística de la zona sería aún más importante”. Guardià pone de ejemplo el peso que tiene PortAventura en la provincia de Tarragona: “La zona ya era turística antes de PortAventura, pero la no existencia del resort sería terrible”.
Guardià explica que “PortAventura le da sentido al destino turístico porque hace que mucha gente escoja la Costa Dorada. Asimismo, también ha permitido que se abran mercados que de otro modo no existirían. Por ejemplo, un gallego nunca vendría a la Costa Dorada porque tiene ofertas similares más cerca, pero viene por PortAventura”. Guardià admite que también alarga la temporada de veraneo que como se cerraba al 30 de octubre y que con la oferta del parque temático en Halloween y Navidad permite mantener la actividad en la zona.
Las cifras hablan por sí solas. En sus 25 años de historia han pisado sus instalaciones más de 900 millones de personas. En 2019, fueron más de 5,2 millones los visitantes, una cifra récord que empujó a PortAventura World a invertir más de 90 millones en un nuevo hotel y ampliar el centro de convenciones. Pero entonces llegó el Covid-19.