Para la industria del juego español, y para el mundo económico de nuestro país, Cirsa es una prueba palpable y exitosa de que el juego puede convertirse en un modelo de gestión, de generación de empleo, de tecnología punta y evolución constante.
Se ha publicado la lista de las personas más ricas de España. Al margen del brillo de los nombres propios, que son los artífices fundamentales de la creación de empleo y riqueza, están las empresas que han propiciado con sus ejecutorias económicas el encumbramiento de sus patronos o principales accionistas. Empresas que suman un conjunto de talentos, ideas, equipo y capacidad de trabajo puestos al servicio de unos objetivos que han dado sus resultados, que en el caso que nos ocupa son realmente espectaculares.
En cabeza de la lista de los cien notables por su patrimonio económico figura Manuel Lao Hernández. Y su corporación CIRSA que se codea de tú a tu con los grandes grupos nacionales: INDITEX-ZARA, MERCADONA, IBEROSTAR, FERROVIAL, OHL, MANGO o PROSEGUR, por citar unos pocos de la cumbre a los que en la mayoría de los casos saca ventaja.
Para la industria del juego español, y para el mundo económico de nuestro país, CIRSA es una prueba palpable y exitosa de que el juego puede convertirse en un modelo de gestión, de generación de empleo, de tecnología punta y evolución constante. De ser una escuela de directivos y una maquinaria humana y técnica extraordinariamente capacitada para expandirse con garantías por el mundo. Eso es lo que ha venido haciendo CIRSA desde su creación. Su compromiso ha sido la reinversión y el crecimiento. Y su objetivo la expansión internacional. En ambos casos ha coronado las metas propuestas y es algo de lo que debemos sentirnos legitimamente orgullosos. Manuel Lao Hernández y CIRSA son dos nombres indisolublemente unidos por la ambición, la audacia y la capacidad empresarial. Y ahí están bien visibles sus resultados.