La presión regulatoria en varios países sobre el sector del juego puede generar un nuevo proceso de fusiones ente las compañías de apuestas, según analistas y banqueros de la City de Londres, quienes ven al grupo GVC Holdings como pieza clave de las posibles combinaciones.
GVC, que opera bajo las marcas Sportingbet y Bwin, acaba de acordar la venta de su filial turca Headlong a Ropso Malta por 150 millones de euros. Esta operación, que permite al hólding salir de un país donde el juego online está fuera de la legalidad, va a facilitar su fusión o venta a otra empresa del sector. “La salida de Turquía es un movimiento estratégico que deja a GVC con un negocio centrado en mercados regulados, mejor posicionado para participar en fusiones y adquisiciones”, opina Simon French, analista de Cenkos Securities.
El propio Kenny Alexander, consejero delegado de GVC, indica que “la salida de Turquía hace que la empresa sea más atractiva para los inversores y para potenciales socios en un proceso de consolidación”.
Ladbrokes Coral y William Hill son los favoritos para fusionarse con GVC o lanzar una oferta pública de adquisición (opa) sobre esta firma, que tiene un valor en la Bolsa de Londres de 2.800 millones de libras (3.164 millones de euros). Ambos grupos, líderes en Reino Unido, ven en el dueño de Sportingbet una vía para crecer en el juego online y depender menos de sus casas de apuestas en la calle.
Múltiples operaciones
El proceso de concentración del juego online no es nuevo. Ladbrokes Coral es el resultado de la fusión de dos empresas del sector, lo mismo que Paddy Power Betfair, otra de los principales grupos de apuestas. GVC y William Hill, por su parte, adquirieron de forma conjunta Sportingbet en 2013 para repartirse sus negocios. En esta operación, William Hill se quedó con los negocios de Sportingbet en España y Australia. El año pasado, Rank Group y 888 Holdings estudiaron lanzar una oferta por William Hill, que finalmente no se concretó.
La continua presión de los reguladores en países como Reino Unido y Australia, para limitar la adición al juego de una parte de la población, explican que el sector siga buscando fusiones como fórmula para reducir costes y compensar la caída de ingresos.
El Gobierno británico, por ejemplo, está analizando una reforma que podría limitar de 100 libras a 2 libras la apuesta máxima que pueden realizar los jugadores en las máquinas de sus establecimientos. Los analistas creen que la decisión final, prevista para 2018, será menos drástica y podría dejar la apuesta máxima en menos de 50 libras. Pero aún así, esta medida mete presión a firmas con una extensa red de casas de apuestas, como Ladbrokes, William Hill y Paddy Power, que deberán acelerar su diversificación hacia el negocio online. Al margen de GVC, otra posibilidad es que alguno de ellos busque una fusión con 888 Holdings. Otro grupo que podría participar en operaciones es Rank, que tiene casinos y funciona en España con la marca Enracha.
La tendencia de más presión política en Reino Unido no acaba con el citado recorte del tamaño de las apuestas. El Partido Laborista británico, si llega al poder, promete prohibir a las empresas de juego anunciarse en las camisetas de los equipos de fútbol, una de las principales herramientas de márketing del sector. Una última incertidumbre llega por el Brexit (salida británica de la Unión Europea). Muchos de los operadores de juego online tienen su sede en Gibraltar, por el ventajoso tratamiento fiscal en esta jurisdicción. En función del acuerdo final de divorcio, esas empresas podrían perder el acceso libre a los mercados europeos desde el Peñón.
Los riesgos regulatorios también son notables en otras zonas del mundo. El Gobierno australiano se plantea imponer un nuevo impuesto del 15% sobre el valor de las apuestas, tanto en casas físicas como en Internet.
Barclays indica que, si se confirma esa tasa, y además el Gobierno británico lleva adelante la reducción a 2 libras de las apuestas máximas, el efecto en los resultados de varias empresas sería muy significativo. Según los cálculos de ese banco británico, en ese doble escenario negativo, el beneficiopor acción de Ladbrokes Coral bajaría un 48%, el de William Hill un 43% y el de Paddy Power Betfair un 19%. Aunque la regulación no llegue a este extremo, los banqueros de inversión dan por seguro que habrá varias fusiones en el sector para compensar el impacto en sus cuentas de resultados. La única duda es cómo reaccionaran las autoridades de la competencia en Reino Unido, especialmente si el negocio de las tiendas en la calle queda muy concentrado en unas pocas manos.