La recuperación que se inició en la segunda mitad del año pasado tuvo al consumo y la demanda nacional como su gran motor y, como gran indicador coyuntural, su evolución refleja el impacto de la pandemia sobre la actividad en tiempo real.
El gasto en tarjeta del BBVA o sobre terminales de la entidad se desplomó un 11% en enero frente al año pasado debido a las nuevas restricciones y el empeoramiento de la epidemia el pasado mes, pero también por el efecto del vendaval Filomena sobre varias regiones del interior. «La reducción de las operaciones presenciales fue mayor en la primera quincena del mes, por la tormenta Filomena y en la última, por el aumento de la incidencia de casos de Covid-19. Las no presenciales con tarjetas españolas perdieron impulso tras la Navidad», recoge BBVA Research en el informe publicado ayer.
Ello interrumpe la remontada del consumo con tarjeta, que en diciembre había aumentado un 6% interanual según los datos de BBVA, después de haber caído un 6% en noviembre, ante el impacto de la segunda ola y las restricciones que se aprobaron sobre varias comunidades autónomas y ciudades entonces. De esta forma, en enero el gasto presencial retrocedió un 9% entre las tarjetas españolas mientras que el online moderó su crecimiento del 56% de diciembre al 33%.
«Superado el repunte tras el cierre por Filomena y el inicio del periodo de rebajas, las transacciones presenciales se resintieron en todos los sectores durante la última semana de enero. El incremento de la demanda de productos que se consumen en el hogar en la segunda quincena de enero impulsó las compras no presenciales, pero no compensó la caída del gasto online en los servicios que se consumen en sociedad», detecta BBVA. Las retiradas de efectivo también se contrajeron, agravando su caída: del -10% de un mes antes al -18%.
El gasto con tarjeta tan solo creció en seis provincias en enero (36 en diciembre) y descendió en 46 (16 en diciembre). El incremento superó el 5% interanual en Melilla, Ceuta y Jaén, seguidas de Asturias, Lugo y Orense mientras que Huesca, Cáceres, Badajoz, Baleares, Gerona y La Rioja registraron caídas superiores al -20%.
Como suele ser norma, los sectores que más sufrieron fueron los viajes (-88%), los hoteles (-78%), la moda (-48%), los bares y restaurantes (-46%), el transporte (-40%), los deportes (- 35%), el ocio (-32%) y la belleza (-24%). «Aunque se moderó como consecuencia del incremento de los contagios y las restricciones, el avance del gasto en alimentación, libros y prensa, equipamiento del hogar, tecnología, salud y otros servicios limitó el ajuste causado por la contracción de las compras en los restantes sectores», reposa el servicio de estudios.
La caída del gasto fue desigual atendiendo a sus causas y a la configuración económica según las áreas. La tormenta Filomena impactó sobre todo en Madrid –con una caída del gasto que alcanzó el 50% en los días en los que la tormenta atacó con más fuerza–, Guadalajara –con un bajón del 20%– y Toledo –superior al 40% en determinados días–. Al mismo tiempo, las restricciones aprobadas afectaron afectaron con mayor virulencia al gasto en algunas provincias «con turismo de invierno» como Gerona, Huesca y Granada. En Granada el mes acabó con caídas del entorno del 25%, siendo superiores al 20% en Huesca y algo inferiores en Gerona.
Lo que sigue sin visos de mejorar a corto plazo es el gasto de los extranjeros, ante el nulo empuje del turismo por la pandemia. El gasto presencial con tarjetas extranjeras en terminales de BBVA se contrajo un 68%, frente al 57% de caída que registró en diciembre. En abril llegó al -96%, en un indicador que ha estado en negativo desde que estalló la pandemia.