Reclama igualar la cifra a la misma que tienen los particulares, que es un 20%
Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) piden que los premios de loterías que ganen las empresas tributen igual que los premios de los particulares, que cuando superan los 2.500 euros están gravados al 20 por ciento. Según ha explicado Gestha, la diferencia de tributación radica en que las compañías lo integran en la base imponible y tributan al tipo nominal, que generalmente es el 25 por ciento, aunque el tipo efectivo –después de aplicar las ventajas fiscales– puede ser hasta casi tres veces inferior, en función del tamaño de la empresa.
En este sentido, el sindicato ha señalado que la normativa del Impuesto de Sociedades (IS), que exige tributar por la totalidad del premio, permite que la compañía que se encuentra en situación de pérdidas (con base imponible negativa) pueda obtener la devolución del gravamen. De este modo, según ha alertado Gestha, aunque lo habitual es que el décimo lo compre la persona y no la empresa, “los premios de loterías pagados a las Sociedades se han disparado hasta superar, de enero a octubre de 2017, los 86 millones de euros, lo que supone multiplicar por nueve lo recaudado en el mismo periodo de 2016”.
86 Millones de euros
Es la cifra que las empresas han recibido a través de la lotería, desde enero a octubre de 2017, lo que supone multiplicar por nueve lo recaudado en el mismo periodo de 2016. Así pues, los técnicos de Hacienda recalcan la “sorprendente suerte” de los últimos años de las sociedades, con un aumento del 798,9%.
Posible blanqueo de capitales
Asimismo, los técnicos de Hacienda han detectado las “trampas por las que algunos empresarios desvían el dinero del décimo a la sociedad en pérdidas en una maniobra para no tributar” y han avisado de que con esta práctica las empresas “agraciadas” podrían estar blanqueando capitales. “Las retenciones de los premios abonados hasta el pasado mes de octubre de este gravamen del Impuesto de Sociedades escalaban por encima de los 17 millones de euros, frente a los 1,9 millones del mismo periodo del año anterior”, han destacado, para después advertir de que “esta tendencia se consolidará” con las retenciones del gravamen de los premios de la Lotería de diciembre, que supone un tercio de las ventas totales del año.
A juicio de los técnicos del Ministerio de Hacienda, resulta “muy sorprendente el vertiginoso aumento de la suerte de las empresas –un 798,9 por ciento– a diferencia del modesto aumento del 5,2 por ciento de la fortuna de las personas”. En este sentido, desde el sindicato afirman que estos premios obtenidos por las compañías “son, realmente, derivados por los empresarios de las compañías en pérdidas”.
Por ello y con el objetivo de evitar el posible fraude, Gestha insta al Gobierno a que promueva una modificación legal para igualar la tributación de las sociedades con la de las personas físicas, es decir, que a las empresas también se les aplique el gravamen del 20 por ciento por encima de los primeros 2.500 euros del premio al décimo. Desde su punto de vista, se trataría de una modificación que beneficiaría a las arcas públicas porque, “más allá de evitar la trampa de las compañías en pérdidas, ese 20 por ciento supera la carga real del Impuesto de Sociedades”.
“El gravamen sobre loterías se implantó en 2013 para conseguir una recaudación adicional y acercar los objetivos de estabilidad presupuestaria, pero dejó al margen a las compañías al pensar el Gobierno que la práctica totalidad de los décimos premiados seguirían recayendo en personas físicas. Sin embargo, como estamos viendo, parte de los 29,5 millones del gravamen de los premios de este sorteo de El Niño se devolverán a las empresas. No obstante, en el caso de que el agraciado sea una gran empresa con beneficios, Hacienda llegaría a recaudar unos 14.400 euros por cada décimo, porque el premio tributaría realmente al 7,3 por ciento de media; y si esta compañía estuviera en pérdidas no pagaría impuestos por el premio, se le devolvería la retención del gravamen y los 200.000 euros de premio al décimo irían íntegros a su bolsillo.